El pasado 25 de septiembre fue elegido en Italia un gobierno con una clara orientación de derecha, presidido por Giorgia Meloni, líder del partido ultra conservador Fratelli d'Italia. Tanto en Bruselas como en Washington el ascenso de la derecha extrema generó serias preocupaciones, especialmente en relación a dos de los ejes históricos de la política exterior italiana: su identificación con el eje atlántico liderado por los Estados Unidos, y su compromiso con el proyecto económico, político y social europeo. En esta coyuntura los trazos gruesos de ambas directrices de la proyección internacional italiana se cruzan en el posicionamiento que Roma asume ante la guerra en Ucrania, y que la nueva primera ministra Meloni aseguró que se mantendrá inalterada respecto a la dirección trazada por su antecesor Mario Draghi. De allí y de otros factores ligados a la política exterior de Roma de los últimos años, podemos intentar bosquejar un perfil de los ejes de relacionamiento que el nuevo gobierno espera establecer con los países de América Latina y el Caribe.